Para muchos pacientes con COVID-19 que luchan por sus vidas en el CTI, una respuesta inmunitaria fuera de control, conocida como "tormenta de citoquinas", es el principal enemigo.
Los médicos tienen pocas herramientas para ayudar a controlar a esta afección hiperinflamatoria, pero una investigación temprana sugiere que la nanotecnología podría administrar de forma segura medicamentos a los tejidos afectados, y tranquilizar la tormenta.
Hasta ahora solo se ha evaluado en ratones, pero los investigadores de Brasil y Francia dijeron que el método podría ser "una nueva herramienta contra el fenómeno complejo y multifactorial de la inflamación descontrolada". Publicaron sus hallazgos en la edición en línea del 27 de abril de la revista Science Advances.
No está claro por qué algunos pacientes jóvenes y robustos experimentan una enfermedad potencialmente letal con la COVID-19, mientras que otros sufren síntomas leves o no tienen ningún síntoma.
Pero cuando ataca una enfermedad grave, con frecuencia es en forma de una respuesta fuera de control del sistema inmunitario.
Los procesos inflamatorios dañan a las células en múltiples lugares de todo el cuerpo y, si no se controla, esto puede conducir a la insuficiencia orgánica y a la muerte, anotó un equipo dirigido por el Dr. Patrick Couvreur, del Institute Galien Paris-Sud, en Francia.
Una clave de la tormenta de citoquinas son las conexiones "entre la inflamación y el estrés oxidativo, ya que ambos procesos contribuyen a fomentarse mutuamente, estableciendo así un círculo vicioso", explicó el grupo de Couvreur.
Ahora mismo, no hay terapias que puedan interrumpir ese peligroso "solapamiento", apuntaron. Por ejemplo, los antiinflamatorios como los corticosteroides no han funcionado, debido a sus efectos negativos en la reparación de los tejidos.
Pero los nuevos hallazgos podrían apuntar a un tratamiento exitoso.
En su trabajo, el grupo de Couvreur se enfocó en una formulación extremadamente minúscula de "nanopartículas" de adenosina, un compuesto antiinflamatorio que el cuerpo produce de forma natural.
Es un potente compuesto antiinflamatorio... quizá demasiado potente. Si simplemente se inyecta en el cuerpo, la adenosina puede desencadenar graves efectos secundarios, señaló el equipo de la investigación.
Pero parece que el nuevo método de nanotecnología resuelve ese problema, agregaron.
El equipo de Couvreur creó "nanopartículas con múltiples medicamentos" al añadir adenosina a escualeno, un tipo de grasa que también se encuentra de forma natural en el cuerpo. Entonces, "encapsularon" ambos en el potente antioxidante alfa tocoferol, un tipo de vitamina E.
Usando este método de nanotecnología, los investigadores administraron entonces los compuestos a los tejidos de ratones que se encontraban en estados hiperinflamatorios, como la sepsis (una infección de la sangre) o un estado inmunitario que se parece a la típica "tormenta de citoquinas" de la COVID-19.
El resultado fue una reducción notable en los tejidos de una citoquina proinflamatoria clave, llamada factor de necrosis tumoral alfa, junto con un aumento concurrente de una citoquina antiinflamatoria llamada interleucina-10, reportaron los investigadores.
Esos cambios fueron observados en órganos importantes como los pulmones y los riñones apenas cuatro horas tras el tratamiento, según el grupo de Couvreur.
El equipo añadió que el tratamiento combinado (de adenosina más tocoferol) pareció ser más efectivo que el uso de cualquiera de los medicamentos por su cuenta.
Por supuesto, este estudio se realizó en ratones, y muchas terapias que parecen promisorias en los animales no dan resultado en los humanos. Pero el Dr. Matthew Heinz, experto en la lucha contra las enfermedades infecciosas, dijo que los hallazgos "tienen sentido".
Así lo expresó en declaraciones recogidas por el reportero especializado E.J. Mundell, en un artículo que publica HealthDay News.
"Me sorprende que fuera algo que pudieran hacer tan rápido", señaló Heinz, internista y hospitalista del Centro Médico de Tucson, en Arizona. "Es bastante alentador tener evidencias de que algo como esto podría ayudar a algunos de los pacientes más gravemente enfermos de COVID-19 a sobrevivir a la respuesta hiperinmunitaria conocida como tormenta de citoquinas".
Heinz trabajó en la respuesta a la crisis del ébola de la administración de Obama, y fue el director de comunicación con los proveedores de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales y Externos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Al leer los nuevos hallazgos, dijo que "como la investigación se relaciona con la COVID-19, es bastante probable que esto se pueda llevar a ensayos con humanos mucho más rápido que en épocas normales".
Heinz añadió que "sigue estando en una etapa relativamente temprana, y todavía le falta un buen trecho, pero es bueno ver que este tipo de investigación ya está teniendo algunos resultados muy alentadores sobre cómo abordar a esta situación tan triste que está acabando con las vidas de decenas de miles de personas en Estados Unidos".